sábado, 10 de marzo de 2012

Pensamiento vs sentimientos: una visión científica de las acciones del ser humano.

Es muy común escuchar hablar de sentimientos y pensamientos, cuantas veces hemos oído algo como “piensa con la cabeza y no con el corazón” o comentarios parecidos, haciendo referencia a aquellas personas que se dejan llevar por sus sentimientos o emociones para tomar decisión. Más allá de la metáfora de que es el corazón quien rige nuestros sentimientos, la verdad es que es nuestro cerebro el cual con un interesante y complejo sistema maneja el pensamiento y las emociones.

Es sólo cuestión de observar con detalle el poder que tienen las emociones sobre el ser humano, que nos hacen tomar decisiones que muchas veces no caben dentro de la lógica, pero desde el punto de vista sentimental completamente razonables, por ejemplo: sólo una madre entiende que ningún sacrificio es demasiado por un hijo en peligro. El amor es un sentimiento poderoso que hace recurrir a ese tipo de acciones, no existe una persona que se salve de no amar a alguien: hijos, padres, familiares, pareja, amigos, etc., en realidad no hay una persona que este libre de emociones y de actuar bajo su efecto, como sabemos, es la principal diferencia del ser humano con los animales, es que ellos actúan por instinto y nosotros tenemos la posibilidad de razonar.

En este caso Goleman se dedica a estudiar como funciona nuestro cerebro cuando ocurren eventos promovidos por las emociones desde un punto científico, el cual nos comprueba la relación que existe entre sentimientos – pensamiento y de cómo estos conllevan a una acción. He aquí lo que el autor nos explica: “Todas las emociones son, en esencia, impulsos que nos llevan a actuar, programas de reacción automática con los que nos ha dotado la evolución. La misma raíz etimológica de la palabra emoción proviene del verbo latino movere (que significa «moverse») más el prefijo «e-», significando algo así como «movimiento hacia» y sugiriendo, de ese modo, que en toda emoción hay implícita una tendencia a la acción” De manera que las emociones implican una acción y una decisión, cosa que no es únicamente trabajo del intelecto, sino también de dichas emociones, que en conjunto llevan al ser humano a actuar independientemente si está más motivado por uno u otro.

¿Pero cómo funciona este proceso en nuestra mente? Como he mencionado anteriormente, el cerebro es un complejo sistema que maneja por diferentes vías todo este tipo de actividades. A modo general, hay dos partes del cerebro que fundamentales en este proceso, el llamado neocortex o cerebro pensante y la amígdala, la cual es una importante parte del cerebro que maneja los sentimientos.

Uno de los puntos más importante para resaltar en la investigación de Goleman es el hecho que nuestros actos medidos por la emoción tiene una razón de ser biológicamente comprobada, y que las emociones producen cambios dentro de nuestro cuerpo que ayudan a llevar todos los procesos y cambios que atravesamos en la vida. Es la amígdala la protagonista en esta historia ya que es la razón de ser la llamada “inteligencia emocional”, ya que sin esta pequeña estructura no encontraríamos la parte emocional de nuestras decisiones.  El autor explica hipotéticamente y también con ejemplos como sería el cerebro sin amígdala, de esta manera: “Aquellos animales a los que se les ha seccionado o extirpado quirúrgicamente la amígdala carecen de sentimientos de miedo y de rabia, renuncian a la necesidad de competir y de cooperar, pierden toda sensación del lugar que ocupan dentro del orden social y su emoción se halla embotada y ausente”. Con el ejemplo anterior podemos visualizar la importancia del funcionamiento de la amígdala y su interelación con el neocortex, constituyendo así la base de la llamada “Inteligencia emocional”.

En conclusión, el estudio científico a fondo hecho por Goleman nos hace comprender el porque de muchas acciones del ser humano, y de cómo una pequeña estructura cerebral ha determinado la evolución del cerebro y la inteligencia del hombre a través del tiempo.


Lic. Samantha Suarez



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